miércoles, enero 16, 2013

Kero as daddy

Recientemente decidí ir a visitar a Kero, aquel cretino engreído que se hace llamar mi perro, resulta que sigue siendo mi perro, no ha logrado adaptarse  a pesar que va a ser papa, pero siempre que voy se vuelve sumiso y llorón cuando no me acerco o me quedo distanciado, o sabe que me voy, es una situación complicada lo que lo puso allá, y va a ser una situación complicada sacarlo de allá, pero ya merito ya volverás conmigo, mi amado amigo. 



Sabia a la vez que no podría ir solo,  le pedí a caro que me acompañase, por aquello de no ponerme tan sentimental y esas cosas... Sabia que en algún punto entre tanto campo, animales, arboles y flores, su esencia de bióloga aparecería, a pero que puedo hacer, es una de las cosa que me gusta de ella, aunque a veces  se pasa de "to mega ñoña".


ta dan, esencia de bióloga.

Después de que como raro, yo errara la distancia aproximada entre la finca y la carretera, logramos llegar al a la finca en donde reside el cretino, casi 5km no 1,5 como yo creía, pero bueno caminamos sobre el sol de medio día, para ser recompensados con una cerveza fría, y nos permitió ir a hacer lo que veníamos a hacer, visitar al perro; bueno claro, después de almorzar, no se puede llevar una bestia de esa magnitud con el estomago vació. 





Obviamente al ver cuanto había crecido, y las sumisión que me mantiene, las ganas de jugar conmigo e intentar lamer mi rostro, era inevitable ponerse sentimental; pero al final saber que sigue siendo mio, ante cualquier perspectiva me da la posibilidad de pensar en su regreso, de no ser así o que se haya comportado así, sabría que ya no sería aquel cachorro que deje allá, a conveniencia de mi familia.


 Al inicio Kero no hacia más que gruñirse a Caro, cada vez que ella se le intenta acerca, y más si yo ya lo estaba consintiendo a él, pensé, como OH los perros siente la mala vibra hacia los dueños; pero no era eso, era más bien unos celos chistosos de mi perro, al final le dio el certificado de aprobación de la garrita a Caro.


Al final termine corriendo para volver a Bogotá, para cumplir con las obligaciones del proyeto en el que estoy metido, termine durmiendo una hora en una flota, y llegando a una reunión de 4 de la tarde, solo debo decir, Gracias Caro por acompañarme. 

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