lunes, marzo 11, 2013

de sopo al infinito

Siempre he sentido aversión por el activismo, por eso no promuevo el uso de la bicicleta, de la idea que puedes salvar el mundo con ella, o que te ahorraras dinero, te pondrás en forma, o alguno de los argumentos que están enumerados en mi tesis, como parte de la constitución del fenómeno social como un problema de investigación; todo eso hoy y siempre me han valido cinco.

Prefiero que la gente se motive por si misma, de ahí en adelante yo con todo el gusto le ayudo en lo que necesite; desde comprar la bicicleta, hasta aprender a pedalear, aunque parezca que es como ir hacia delante no es tan sencillo hacerlo de manera eficiente que optimice la fuerza. El caso, en una reunión de esas que aparecen, como donde anda y que esta haciendo, me encontré con una vieja amiga de la U y una amiga con ella, yo estaba con Caro, y fuimos a disfrutar de una serie de cocteles, entre las conversaciones salieron los chistes de Ali, acerca de que yo era un pirobo y no salia a montar bici con ella... así que cuadramos una idea a sopo.   

Después de tanta joda y de tanto planear, se decidió una fecha en concreto y al llegar el día, ali nunca apareció,  cosa que nos llevo a caro y a mi a viajar los dos solos...



Realmente me sorprendió para ser una persona que se considera a si misma morsa, realmente su estado físico no es muy alto y que no es para nada constante, todo esto según ella... llegara a sopo en un tiempo de 1:29:12, con una velocidad promedio por encima de los 24 km/h... debo admitir por mis filiaciones sentimentales con la doña de la foto, me sentí angustiado por su inexperiencia en la salida de Bogotá, dado el acontecimiento de la caravana que se dirija a motores por la paz, carros aquí y allá que me hicieron preocupar, pero a la larga todo termino bien, tomamos la berma y a rodar tranquilos hasta sopo.



Una ligera comida, lleno de compota y quesos; acompañados de una encuesta y la llovizna, cosa que también me hizo pensar, ya que la señorita a parte de morsa andaba enferma y le dio hasta por intentar llamar a mamá, para que la recogieran, pero en un ataque de fuerza de voluntad decidió volver pedaleando  no fue mas que abrigarnos y volver a casa.



Avanzamos mucho más rápido de lo que creía de vuelta, ya que es un falso plano ascendente  pensé que le causaría muchos más problemas, pero nada un poco de fuerza de voluntad le pudieron más que al dolor en las piernas, y  superando las lluvias y el trafico que nos aplaco el ritmo, llegamos a nuestro destino, como recompensa un baño y el descanso.

Debo agregar que a pesar de la mescolanza de emociones al final solo queda un sentimiento de satisfacción   y orgullo por mi morsa favorita, venció  los pronósticos y se cumplió a si misma :) y a parte de todo remata con una promesa, que me hace olvidar de la eternidad y me lleva a pensar en el infinito.

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